viernes, 7 de octubre de 2011

Siempre Ángela

Sevilla, 7 de octubre de 2011
Siempre Ángela…
Hay veces en las que las cosas no salen como uno se imagina. Momentos en los que imaginas un futuro perfecto y que, al final, se llena sin querer de imperfecciones. Las personas, supongo, acaban por acostumbrarse a esos sentimientos cruzados; no es que la vida te decepcione, simplemente, te da lecciones. Lecciones como que hay palabras que, pase lo que pase, merece la pena decir. Lecciones como que hay sentimientos que jamás deberían de esconderse y que hay personas que, a pesar de haberse ido, jamás dejan de existir.
Me hubiera encantado conocerte en otra situación, en otro contexto, en otra vida. Me hubiera gustado ver tu sonrisa el primer día que te vi, sin embargo, ni tú ni yo sonreíamos. Ni tú ni yo estábamos para reírnos pero lo hicimos. Hubiera preferido conocerte en otra vida, es cierto, pero creo que si la vida hizo que te conociera en ese momento, es porque tendría que pasar y pasó.
De no haber sido por Ángela, no te hubiera conocido. Si no hubiera por sido por Ángela, quizás ni nos hubiéramos querido conocer. Si Ángela aún no siguiera aquí tan presente como sigue, quizás nada de esto tendría sentido. Siempre Ángela, aunque a veces duela, pero siempre ella va a ser la base de amistades como la nuestra, y eso me enorgullece, no me entristece.
He aprendido que cada persona ocupa un lugar que después nadie tiene por qué llenar. Aunque uno se pueda acercar, nunca podrá ocupar el mismo. Nunca busqué en ti a Ángela y nunca pensé en ocupar el lugar que ella ocupara en tu vida. Tú eres otra Ángela y yo soy otra persona que no tenía nada que ver, ni con la una, ni con la otra, pero que tiene lugar para ambas en su vida. Estoy orgullosa de ello, de que el dolor no me haya hecho buscar en ti lo que se nos fue ese día, porque entonces no podría llamarte amiga, puesto que sólo serías el recuerdo de quien yo quisiera que fueras.
A pesar de ser muy diferentes, hemos conseguido ser amigas. De hecho, te considero una persona muy importante en mi vida, aunque no lo demuestre tanto como tú lo demuestras. Sé que no soy del todo cercana y que a veces soy extremadamente sincera, pero no sólo soy sincera para las cosas malas. Sabes que te quiero, que a pesar de no llevar demasiado tiempo compartiendo momentos, hay situaciones que han hecho que estemos más unidas. Es normal unirse a personas que pueden experimentar los mismos sentimientos que tú, aunque sea algo tan horrible como compartir una pena, una tristeza…Quiero pensar que empezamos compartiendo una amiga y al final ella nos hizo que compartiéramos su marcha. Compartimos un ‘ángel’, aunque haya gente que no lo entienda o no lo quiera entender.
Lo que si tengo claro, es que quiero que sigas formando parte de mi vida, aunque nos enfademos y nos decepcionemos. Aunque a veces piense que te has vuelto loca y tú sepas que lo pienso. Aunque odie como me llamas y tú cada vez utilices diminutivos peores aún.
Que estaré aquí para lo bueno y para lo malo, para los locos y para los no tan locos. En fin, que cuentas conmigo, no te lo voy a decir más porque te doy la mano y me acabas cogiendo el brazo.
Te quiero,
Roble