viernes, 25 de febrero de 2011

Lagunas del pensamiento

Sentada en un sillón del salón de actos de la Facultad de Económicas llevo dos días escuchando cosas que, no es que no lleguen a interesarme del todo, es que no he querido entender demasiado...Quizás esté perdiendo el tiempo, bueno, quizás sea la universidad y su estúpida libre configuración la que me esté haciendo perder, no sólo el tiempo, sino la paciencia también. Podría sentarme en las primeras filas e incluso hacer preguntas, pero es que creo que verdaderamente es una pérdida de tiempo; aunque si que me han quedado claras varias cosas que, además me han llamado mucho la atención, puede ser, que no lo niego, que si hubiera atendido un poquito más, me habrían interesado más cosas, pero en otra ocasión será.
Una de las cosas que me ha llamado la atención ha sido una frase que decía algo así como que era mejor ser vaca en occidente que ser persona en cualquier país del tercer mundo, ya que, en dichos países, las personas sobreviven con menos de dólar al día, mientras que una vaca en Europa tiene como subvención alrededor de 4 dólares diarios...Y después me miro y no me salen las cuentas....¿Cuántas peronas podrían comer hoy con las zapatillas que llevo puesta? ¿Y con el resto de la ropa?...¿Durante cuánto tiempo podría comer una sola persona con ese dinero?....
Quizás ni siquiera esté preparada para saber la respuesta, aunque una ligera si que me hago....Y al pensarlo si que puedo llegar a sentir vergüenza, aunque se me olvida cuando cruzo la puerta de cualquier centro comercial....
Otra de las cosas con las que también me he quedado tiene que ver con los sueños. Está claro que no es nada nuevo saber que los sueños en esos países juegan un papel fundamental...Porque tienen que ser, al menos ambiciosos, para que uno sea capaz de pegarse un viaje de casi un año, gastarse un dinero que no tiene y exponer su vida para tocar otro continente...otro continente que es la supuesta sede de esos supuestos sueños. Pero no todos esos sueños se cumplen, ya sean porque la vida se queda en el desierto, en el mar, al llegar a la playa o, simplemente, los sueños se quedan en cualquier burdel de poca monta sentada en una cama, en el mejor de los casos, y esperando a sucios clientes que aún siguen sintiéndose más hombres por sublevar a una mujer por un dinero que saben que ellas no valen....Quizás ese final no sea peor, y eso es lo que da más miedo. También hay sueños que se cumplen, quizás, y logren cruzar y logren quedarse y se levanten cada mañana con una sonrisa en la cara, o miles de sonrisas, tantas como semáforos hay en ciudades como Sevilla, donde se encuentran muchos soñadores vendiendo lo que sea que puedan vender para poder vivir. Quizás los sueños se nutran de robar los que fueron sueños para otros, quizás eso es lo que un país como el nuestro quisiera creer, que sólo los que no son de aquí son los que roban o matan o maltratan...aunque eso es también la forma que muchos españoles tienen de soñar, o de hacer como que sueñan.
Y, por último, y no menos importante....se me ha puesto la piel de gallina al ver como una madre engañaba a sus hijos hambrientos...Ponía agua a hervir, recogía piedras y las hervía...a continuación, acostaba a sus hijos y les prometía, una y otra vez, que la cena estaba casi lista, así hasta que los pequeños se quedaban dormidos, soñando quizás con esa comida que, al menos ese día, no iba a llegar; no antes que el sueño....Ni imaginar quiero qué tiene que ser eso, cuando aquí hay que engañarlos para que coman...y ni siquiera con engaños muchos niños comen, entre los que me incluyo, engañar para que crean que han comido...es demasiado duro...
Sin más, sigo aquí sentada, escuchando por 2 créditos cosas que puede que me sirvan para mucho más de lo que yo pienso, aunque solo me sirvan para pensar un poco cosas que uno debería de pensar en muchos momentos de su vida...

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