jueves, 11 de diciembre de 2014

Amores imperfectos

La verdad es que es una auténtica tontería hacer una cursi reflexión sobre el amor y no es lo que pretendo. Lo que pasa que después de leer mil libros sobre historias malas y ver películas con argumentos imposibles, echo en falta que, en algún momento, alguien sea capaz de reflejar un amor normal. Por lo menos lo que yo entiendo por amor normal no es un laberinto de infortunios, un amor imposible, una lucha de familias o de poder, una lucha de clases... No creo que el amor sea enfrentarse contra el destino, todo lo contrario, imagino que el amor es el destino.

Aunque cabe la posibilidad de que yo esté equivocada y que mi relación sea un asco. Porque, después de 8 años y pico, sigo siendo la misma niña cursi con las mismas ganas de que vayan a recogerla. Quizás porque mis peleas, a veces, ni siquiera se puedan calificar como peleas o porque sabemos ya cuando nos tenemos que mandar a paseo el uno al otro. Puede ser que no esté enamorada o que no sepa lo que es querer porque no vaya por ahí aireando las veces que me peleo y me reconcilio. Quizás no sea amor del bueno porque no hemos tenido una crisis cada año o cada vez que alguien me ha preguntado, da igual cuánto tiempo lleváramos, siempre era años de crisis que nunca terminaban de llegar. Porque la distancia iba a tener consecuencias y las seguimos esperando. Porque nuestras familias no son opuestas, no pertenecemos a mundos diferentes y no hemos luchado contra ningún obstáculo. Porque no tenemos heridas salidas de guerras entre nosotros mismos. Porque lo poco que podemos echarnos en cara lo hemos utilizado ya tantas veces que ha perdido todo su sentido.

A lo mejor el hecho de seguir riéndonos juntos, de seguir queriendo crecer de la mano, de seguir apoyándonos o de seguir igual de bien que el primer día no es lo normal. Lo ideal hubiera sido que, después de 8 años, hubiéramos tenido miles de broncas y reconciliaciones, ceses temporales de la relación, que hubiéramos luchado contra el pasado de cada uno... Pero la verdad está muy lejos de eso.

Yo no buscaba a mi alma gemela y no me interesa encontrarla la verdad. Somos tan diferentes que pocas veces estamos de acuerdo en algo, pero por lo menos tenemos la certeza de que, cuando ambos pensamos lo mismo, es que eso que pensamos no tiene más remedio que ser lo acertado.

Hay gente que habla del amor y no tiene en cuenta la felicidad. El amor no es tan complicado, ni mucho menos. No hay que sufrir para obtener beneficios. Parece que es más extraño ver como dos personas pasan los años y son capaces de seguir ahí, enamorados y queriéndose casi igual que el primer día. Y digo casi igual porque yo no quiero ahora como el primer día. Se fueron los miedos, las inseguridades, los nervios... Si no se hubiera ido todo eso, ahora mismo no estaría queriendo de una manera sana. No creo que el amor sea un "tú y yo contra el mundo", es más bien "tú y yo sin más".

Si él hubiera sido un rico con gustos extraños por habitaciones raras o un pobrecito que no tuviera donde caerse muerto y yo la rica, no creo que la cosa hubiera ido mejor de lo que va. Porque el decir que me va "como siempre" no quiere decir que haya caído en la rutina. Creo que las cosas planeadas, al final, se caen por su propio peso.

Soy consciente de que, algún día, puede cambiar todo. Que uno se dé cuenta de que ya no es lo mismo y de que es hora de cambiar. Está claro que esto no es un "voy a estar contigo toda mi vida porque ahora somos muy felices", ahora soy muy feliz y espero serlo durante mucho tiempo y mira, si se acaba mañana, pues no pasa nada. Creo que es mejor tener el recuerdo de una bonita relación, que de una relación tormentosa llena de miedos y mierdas.

También es verdad que habrá quien lea esto y piense que qué hago yo opinando sobre el amor. Pero ya sabéis, me da igual. Me da igual porque no creo que todo el mundo tenga que quererse igual, pero el respeto es el respeto, aunque ese es otro tema. Admiro la valentía de aquellos que luchan porque el amor no se vaya. De aquellos que, después de una vida común necesitan demostrarse a sí mismos que ha merecido la pena y que no se puede acabar. Pero uno sabe cuándo no está enamorado. Lo sabe en el mismo momento en el que se lo pregunta. Y luchar en contra es poco productivo.

El amor va cambiando y a veces, no cambiamos con él. Unas veces uno cambia más rápido o más lento, otras veces, se toman diferentes direcciones. Dejar de amar no es dejar de querer, de ahí que haya tanta confusión. La baronesa Dudevant, bajo el seudónimo de George Sand, decía que "el amor sin admiración, solo es amistad". Pero a veces no es solo admirar a la persona que tienes al lado. Ni es buscar a alguien que te complemente, eso es una tontería. Cuando llega la persona llega y punto. Quizás estaba aquí al lado y quizás esté aún en algún lugar el mundo. Es posible que algunos vayan a buscar el amor y otros lo encuentren un día cualquiera. Y puede que haya quien encuentre a la persona adecuada a los 12 años y esté con ella hasta los 90. Creo que la cuestión es no planear y no adornar demasiado el escaparate. Porque lo que vean los otros da igual, lo importante es lo que haya de puertas para adentro.

La verdad es que yo en mi casa, sin ir más lejos, vi mucho amor. Y quizás el amor para otros no sea ir montados en una Vespa o buscar cualquier momento para compartirlo. Esperar en el sofá a que se abra la puerta todas las noches o ver una jubilación en Constantina como un plan perfecto. Ojalá consiguiera yo la mitad sin proponérmelo. Porque aún sin él, sigue aquí su amor. Y eso es perfecto. Cómo te puede llenar tanto una persona que, años después de haberse ido, tienes todavía recuerdos y cosas que hacen que siga el amor ahí. Cartas, vídeos, fotos. Si él hubiera sido un cabrón, mi madre hubiera celebrado su muerte como alguna que otra amiga a la que ella misma ha ido a consolar jaja. Por eso mismo, esperar a la antigua a que tu marido o tu mujer se muera para empezar a vivir.... Anda hombre, que solo hay una vida (que sepamos).

Así que me declaro totalmente fan de los amores no planeados, de los amores de improvisto que duran años. De esos amores que duran meses pero son tan intensos que merecen la pena. De esos amores que se encuentran y se vuelven a encontrar. De esos amores que nos hacen felices. De esos amores fáciles, que no necesitan terapias. De esos amores que no se hacen daño, que no se controlan, que no se persiguen. De esos amores que hacen que el de al lado se muera de envidia. De esos amores que no son de pega. A la mierda los escaparates, a la mierda los estereotipos, a la mierda las historias imposibles y lo que piensen los demás.



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